lunes, 19 de septiembre de 2011

Estados Unidos y la manipulación de las cifras macroeconómicas.

Desde la segunda mitad del siglo XX , EE.UU es el líder indiscutible en materia economía, tecnología y militar a nivel global. Tiene el PIB más alto del planeta, sus empresas son las más industrializadas del mundo, cuenta con lo último en tecnología y su capital humano está en constante innovación técnica. Esto es un hecho irrefutable, pese a su sobreendeudamiento,  déficit en infraestructura,  bajo nivel de educación escolar, y  alto grado de desigualdad. Tampoco puede eclipsar su indiscutible primer lugar  los cerca de 13 millones de desempleados , que constituyen el  9% de la población activa o los  20 millones de personas que han perdido sus ahorros, ya que  ambas situaciones son producto de una coyuntura excepcional, como lo es el impacto de la crisis de las hipotecas Sub Prime. Pero, ¿Realmente es así? ¿Estados Unidos se ha venido abajo a raíz de la burbuja inmobiliaria o ya estaba mal desde antes? ¿Acaso los bajos índices de rendimiento escolar, los problemas en la seguridad social, el excesivo endeudamiento, el  estancamiento de los salarios por décadas y el déficit en infraestructura pública no son señales en sí mismas de que algo ya viene mal desde antes?
Existen dos formas de medir la salud económica de un país. La primera de ellas es mediante el PIB que nos va indicar cuantos bienes y servicios produce el país, lo que repercute en la cantidad de empleos que tiene la población. Un PIB alto representa una mayor producción, y ,por lo tanto, un mayor número de empleos para más personas. El efecto contrario ocurre con un PIB bajo. El segundo indicador de salud económica es la inflación que determina cuánto ha subido el nivel general de precios de toda la economía ,  que afecta directamente al valor del dinero que portan las personas.  . Mientras más alta sea la inflación, mayor será la pérdida del valor del dinero de la población, y viceversa.
 Por consiguiente, tanto el  indicador del PIB como el de la inflación son fundamentales para poder determinar  el nivel de vida de la población. Pero, ¿Qué pasaría si alguna de estas mediciones es modificada deliberadamente? ¿Qué consecuencias podría acarrear?
La era Clinton y los nuevos índices macroeconómicos
ahorro nacional
En la década de los 90 , en pleno gobierno de Clinton se implementaron un grupo de criterios o parámetros seriamente cuestionables para determinar el PIB  y la inflación. A raíz de estas aplicaciones metodológicas, la economía americana empezó a registrar   una baja inflación y un crecimiento económico holgado hasta comienzos del 2000(cuando se rompe este equilibrio debido al estallido de la burbuja punto.com). Este fenómeno de una mayor actividad económica con tasas de inflación mínima ,  contravenía claramente teorías con rigor científico  como el dilema establecido por la Curva de Phillips, que afirma que en la economía  hay una disyuntiva entre la producción y la inflación a corto plazo. Es decir, que el costo de mantener la producción en niveles altos es siempre un aumento de la inflación y el sacrificio de reducir esta última, es una disminución de la producción. No obstante, pese a este irregular crecimiento de la actividad económica  acompañada de una baja inflación , que manifestaba  un clima de prosperidad clarísimo, la economía americana empezaba a dar señales de peligro  que escapaban del radar. La deuda de EEUU aumentaba de forma alarmante, el ahorro estadounidense terminaba de posicionarse en terreno negativo y los salarios promedios se habían estancado, lo cual quería decir que el nivel de vida era el mismo que el de los años 80, pese a que las cifras oficiales se empeñaban por afirmar que  se vivía en un estado de bonanza. En contraste con la gran mayoría, las personas más adineradas (1% de la población) ahorraban enormes cantidades de dólares,haciéndose con más de 1/3 de la riqueza nacional. Esta polarización de la sociedad americana, donde los muy ricos se volvían más ricos. invirtiendo gigantescas cantidades de dinero, mientras en contraparte los ciudadanos promedios dejaban de ahorrar y se endeudaban ,eran los primeros síntomas del estrangulamiento de la clase media en los Estados Unidos. Indicios que pasaban desapercibidos en el gobierno Clinton con datos  que mostraban ,por el contrario, que había un empoderamiento de la clase media, que a su vez era el motor de la economía americana. Y efectivamente , la clase media es el propulsor de la producción de EEUU, pero viene menguando desde los años 80, y lejos de que se hayan tomado medidas concretas para evitar la extinción de “la gallina de los huevos de oro”, se ha recurrido a artilugios estadísticos para presentar una situación económica alejada de la realidad ,que lo único que ocasiona es que las personas y organizaciones a la hora de optar por su futuro, tomen decisiones erróneas basándose en datos adulterados.
Cuestionamientos a las metodologías oficiales
 Veamos a continuación cuales son las cifras oficiales que presenta el gobierno americano sobre el estado de su economía para luego pasar a analizar los principales instrumentos que aplican para la medición del PIB y la inflación.
 De acuerdo a la oficina de análisis económico del tesoro americano (BEA),  Estados Unidos  en el año 2010 presentó un PIB de 14,2 billones de dólares y una inflación de 5%.  Esto posicionaría a EEUU como el país que más produce en el planeta, con la cuarta parte de la producción mundial, que a su vez cuenta con un ingreso per cápita de más de 46 mil dólares que refleja las óptimas condiciones de su población  y que serían los principales garantes de su recuperación económica y de la permanencia del liderazgo americano en el mundo. No obstante , existen serios cuestionamientos sobre estas afirmaciones ,debido a la inconsistencia científica y carácter contradictorio de los métodos en que se fundamentan. 

Cuestionamiento al PIB de los Estados Unidos

La oficina de análisis económico del tesoro americano (BEA)es el organismo encargado de determinar el PIB de EEUU. Dentro de todos los métodos que maneja para definir la producción del país, cuenta con dos instrumentos en particular que son extremadamente sospechosos por la ausencia de objetividad y  consistencia en los fundamentos que aplican . Estamos hablando de las imputaciones y los ajustes hedonísticos.
Las imputaciones.- son criterios que añaden valor de forma ficticia a los ingresos de las personas, basándose en el supuesto ahorro que estas obtienen al no tener que pagar nunca más por un servicio. Por ejemplo, un ciudadano que ha cancelado su hipoteca y es propietario de una casa, en el momento en que el BEA calcula el PIB, considerará  que esta persona se pagará a sí misma un alquiler de vivienda. Pero como realmente no está pagando por vivir en su domicilio ese “alquiler de vivienda” se suma estadísticamente a los ingresos reales del individuo. De este modo , si esta persona gana 2000 dólares y se estima que el alquiler que debería pagar por su casa es de 500 dólares, la Oficina de Análisis Económico considera que  este sujeto percibe  2500 dólares.  Como es lógico, esta cifra no refleja la situación real de este individuo , pues su salario es menor  y el PIB debe reflejar el intercambio de bienes y servicios producidos  el año en curso. Por tanto , la Oficina de Análisis Económico (BEA), al considerar los 500 dólares de auto- alquiler está adulterando las cifras macroeconómicas ,pues ese dinero no es tranzado en la economía ni representa la producción de nada porque simplemente no existe. Las imputaciones también se aplican a los servicios bancarios gratuitos y a la cancelación de créditos de automóviles, entre otros. Se estima que 1,6 billones de dólares calculados en el producto bruto de EEUU son imputaciones.
Ajustes hedonísticos.- este concepto se basa en la improbable suposición de que las nuevas mejoras de los bienes que compramos son siempre beneficiosas y equivalen a si estuviésemos adquiriendo dinero, debido a que estas innovaciones de las cuales hacemos uso no están comprendidas en el precio que pagamos. Este criterio se aplica a las computadoras, carros, y aparatos electrónicos en general. Digamos que una persona compra una laptop que cuesta 1000 dólares, que es el mismo precio que tenían las computadoras del año anterior. Pero por el hecho de que este ordenador actual es mucho más rápido y  tiene mayor capacidad en el disco duro, la Oficina de Datos Económicos (BEA) estima que su valor debería ser mayor, por decir  , unos 1300 dólares. Esos 300 dólares que no han sido considerados en el precio de transacción se suman a los ingresos de la persona que adquiere el producto ,ya que esta disfrutará de un ordenador más potente. Sin embargo , ese dinero es completamente artificial, pues si la persona quisiese vender la computadora para adquirir los 300 dólares de diferencia, no los obtendría porque solo puede tranzar el aparato a precio de mercado, es decir , a 1000 dólares. Se estima que las cifras del PIB que forman parte del ajuste hedonista son de unos 2.3 billones de dólares.
Definitivamente este es un hecho escandaloso, ¿Cómo es posible que se manipulen las cifras del producto interior bruto de esta forma?
Cuestionamientos a la inflación en EEUU
En 1995  la Comisión Boskin, cuya misión era revisar las pautas metodológicas empleadas por la Oficina  de Estadísticas Laborales (BLS) para la medición de la inflación, implementó dos instrumentos bastante dudosos  para determinar el índice de precios del consumidor (IPC) y la composición de la canasta familiar, los cuales son:
Criterio de sustitución.- el procedimiento habitual para medir el IPC es definir el precio de la canasta familiar del año vigente y  compararla con la del año base. De esta forma, se puede medir las variaciones en los precios de los bienes y servicios de la canasta familiar, y ,por ende, tener monitoreada la inflación. Este procedimiento sufre una modificación con la administración Clinton, la cual agrega el concepto de sustitución en el análisis. Este factor de sustitución se basa en la idea  de que si una familia ,por ejemplo, suele comprar filete de carne pero el precio del producto sube inesperadamente,  podrá cambiar su consumo por pejerrey. Esto quiere decir que el BLS asume que cuando algún producto de la canasta familiar sube de precio es reemplazado por otro, manteniendo la variedad y cantidad de bienes que constituyen el consumo familiar. No obstante, esta visión económica se centra en el costo de supervivencia , dejando de lado el costo de vida. Pues como es lógico, no es lo mismo para una familia consumir todos los días un filete de carne de primerísima calidad que comer pejerrey toda la semana.  La calidad describe un descenso clarísimo, al  margen de las subjetividades. Por consiguiente , cuando la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) afirma que la inflación ha bajado con respecto al año anterior se está imaginando que las familias han variado los productos que componen la canasta familiar. Presunción que no se alinea con la realidad ,pues en el caso americano, las personas bajan la cantidad del consumo mas no renuncian a el producto.
El factor hedonismo.- nuevamente se pone en práctica  el criterio hedonista. Pero a diferencia de la aplicación que se le da en el cálculo del PIB, donde se aumenta el valor de los bienes que se adquiere, en el caso de la inflación se reduce el precio del bien adquirido. Supongamos que alguien compra una computadora a 1000 dólares , que es el mismo precio que tenían los ordenadores  el año anterior. Pero como esta computadora tiene una clara superioridad tecnológica frente a sus predecesoras, el BLS  estima que el precio debería ser menor, digamos unos 800 dólares. De esta forma , el BLS puede afirmar que los precios han bajado, es decir  ,se ha experimentado una reducción de la inflación. Lo cual, no deja de ser un artilugio estadístico pues las personas no pagan 800 dólares por la computadora, pagan 1000 dólares.
Balance real y conclusiones
Si sumamos las cifras que nos dan los instrumentos cuestionables que determinan el Producto bruto americano, que son tanto las imputaciones (1,6 billones) como los ajustes hedonistas (3,3 billones), llegamos a la exorbitante cantidad de  4.9 billones de dólares, que es equivalente al 35% del PIB. Más de un tercio de la supuesta producción americana es resultado de una premeditada manipulación macroeconómica.
Estudios de la Oficina de Agricultura de EEUU del 2010 (Farm Bureau), basándose en los métodos que se aplicaban antes de la era Clinton, donde se analiza una canasta familiar básica con treinta productos, determinan que  los precios subieron un 9.2% no el 4.1% que asegura  el BLS. Si a eso añadimos los cambios a la baja de los precios, que se aplica con el factor hedonista ,podemos afirmar que la inflación actualmente ronda el 14% y no el 5% que propone el gobierno americano.
Por lo tanto , si ajustamos las cifras macroeconómicas a criterios objetivos, suprimiendo esta metodología parcializada y engañosa aplicada por el BEA, podemos decir que el verdadero PIB americano es de 9.3 billones de dólares. Lo mismo ocurre con la inflación, si nos ceñimos a un análisis objetivo, dejando de lado las versiones apócrifas del BLS, veremos que el poder adquisitivo de la población se ha erosionado dos veces más de lo que las autoridades afirman.
 Con lo cual , EEUU viene produciendo durante casi dos décadas menos de lo que se afirma, y en paralelo , las personas tienen cada vez menos poder adquisitivo. Ambos factores unidos (un menor PIB y una mayor inflación) ponen en evidencia la situación crítica que vive EE.UU, pues el sobreendeudamiento cobra un mayor porcentaje frente a un PIB menor (ajustado a la realidad), lo que demuestra la incapacidad de respuesta americana, además de certificar la inminente defunción de la clase media, cuyos ingresos se erosionan por la terrible inflación que combinada con la incapacidad de la población para el ahorro serán los verdugos inexorables del motor productivo americano.
Las manipulaciones de las cifras con respecto al PIB  y la inflación, lo único que han hecho es camuflar un fenómeno complejo que se viene dando desde que EEUU abandona el patrón de oro en 1971 y que se manifiesta en diferentes aristas como son el sobreendeudamiento nacional, la incapacidad para el ahorro, la inflación al alza y la destrucción de la clase media. Todos estos factores parecen haber surgido con la crisis del 2008, sin embargo , lo único que han hecho es salir a flote, potenciando su poder devastador en la economía americana. Por consiguiente, cualquier medida a nivel  de política fiscal y/o monetaria , lo único que generarán es un aumento de la oferta monetaria o ,en el mejor de los casos, reducir el déficit fiscal temporalmente , lo que en ningún caso reduce el inexorable incremento de la deuda. Esto debido, en primer lugar a que las decisiones tomadas se basan en cifras macroeconómicas adulteradas y en segundo lugar porque la naturaleza del problema es sistémica. Se origina en el crecimiento exponencial que describe el propio sistema monetario, tema que discutiremos en el próximo post.
PD: una página que les puede resultar interesante donde se analiza la inflación y el PIB de los EEUU unidos sin maniobras estadísticas es:http://www.shadowstats.com/ del economista John William.






















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